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You said:
Hola. Primer Chat del proyecto Edición de Zaratustra IV, donde traduciremos juntos la Cuarta Parte de Zaratustra. Aquí toca: DAS HONIG-OPFER.
ChatGPT said:
Thought for 49s
Perfecto, Fernando: inauguramos oficialmente Edición de Zaratustra IV.
Empezamos, como corresponde en Colli-Montinari, con DAS HONIG-OPFER.
1. Título: ¿cómo lo dejamos en español?
Te propongo fijar ya un título de trabajo, para mantenerlo estable en todo el proyecto:
- “La ofrenda de miel”
- Suena ritual, casi litúrgico; conecta bien con el contexto de Zaratustra preparando un “ofrecimiento” para atraer a sus huéspedes.
- Se acerca a la tradición (Sánchez Pascual va por ahí).
- “El sacrificio de la miel”
- Marca con más fuerza el matiz de Opfer como sacrificio, incluso como algo que se quema/consume para los otros.
- Es más duro de oído, menos “dulce”, pero también más dramático.
Si no tienes una preferencia ya fijada, yo optaría por “La ofrenda de miel” como versión canónica del título y dejamos apuntado “sacrificio” como matiz conceptual en nuestras notas.
2. Método de trabajo para la Cuarta Parte
Te propongo seguir el mismo esquema que nos ha funcionado en Zaratustra II y III:
- Tú envías:
- El fragmento alemán (en bloques manejables).
- Tu borrador en español.
- Yo:
- Reviso léxico, sintaxis y ritmo.
- Señalo giros importantes (registros arcaicos, juegos de palabras, Präteritum poético, etc.).
- Devuelvo una versión revisada lista para el blog, en prosa continua, sin numeración, con el tono solemne que venimos manteniendo.
- Cuando terminemos el discurso, preparo también, si quieres, la versión corrida completa para publicación (como hemos hecho con los últimos de la Tercera Parte).
3. Siguiente paso
Cuando quieras, mándame el primer bloque de “Das Honig-Opfer” en alemán junto con tu primer borrador en español, y empezamos línea a línea.
You said:
Und wieder liefen Monde und Jahre über Zarathustra’s Seele, und er achtete dessen nicht; sein Haar aber wurde weiss. Eines Tages, als er auf einem Steine vor seiner Höhle sass und still hinausschaute, — man schaut aber dort auf das Meer hinaus, und hinweg über gewundene Abgründe — da giengen seine Thiere nachdenklich um ihn herum und stellten sich endlich vor ihn hin. „Oh Zarathustra, sagten sie, schaust du wohl aus nach deinem Glücke?“ — „Was liegt am Glücke! antwortete er, ich trachte lange nicht mehr nach Glücke, ich trachte nach meinem Werke.“ — 1. Y de nuevo corrieron lunas y años sobre el alma de Zaratustra, y él no les prestó atención; pero su pelo se volvió blanco. Un día, cuando estaba sentado sobre una piedra delante de su cueva y miraba en silencio a lo lejos – pero allí se ve el mar y por encima de sinuosos abismos – entonces acudieron sus animales pensativos a su alrededor y finalmente se colocaron frente a él. 2. “¿Oh Zaratustra,” dijeron, “miras a lo lejos buscando acaso tu felicidad?” 3. “¡Qué importan la felicidad! “Hace tiempo que no me esfuerzo ya por la felicidad, me esfuerzo por mi trabajo.”
ChatGPT said:
Pensó durante 33s
Vamos allá con el primer párrafo de la Cuarta Parte.
Te propongo esta versión ligeramente ajustada:
Y de nuevo corrieron lunas y años sobre el alma de Zaratustra, y él no hizo caso de ello; pero su cabello se volvió blanco. Un día, cuando estaba sentado sobre una piedra delante de su cueva y miraba en silencio a lo lejos —pues desde allí se mira hacia el mar y por encima de abismos sinuosos—, entonces sus animales anduvieron pensativos en torno a él y por fin se plantaron delante de él.
«Oh Zaratustra —dijeron—, ¿miras acaso a lo lejos en busca de tu felicidad?»
«¡Qué importa la felicidad! Hace ya mucho que no aspiro a la felicidad; aspiro a mi obra.»
Notas rápidas:
- “liefen Monde und Jahre”: mantengo “corrieron lunas y años” para conservar el matiz algo arcaico y cíclico; si prefieres “meses y años”, es fácil cambiarlo.
- “achtete dessen nicht”: “no hizo caso de ello” acerca bastante bien el idiomatismo.
- “man schaut … auf das Meer hinaus”: paso al impersonal “se mira” con un “pues desde allí se mira hacia el mar…”, que hace un poco de guiño al inciso explicativo de Nietzsche.
- “giengen … um ihn herum”: por eso cambio a “anduvieron pensativos en torno a él” para marcar el rodeo, y luego “se plantaron delante de él”.
- “Was liegt am Glücke!”: mejor “¡Qué importa la felicidad!” (acuerdo en singular).
- “ich trachte … nach meinem Werke”: he puesto “aspiro a mi obra”, para mantener el campo de Werk como “obra, empresa creadora” y no simple “trabajo”.
Si te convence, damos este bloque por bueno y seguimos con el siguiente fragmento alemán.
You said:
Oh Zarathustra, redeten die Thiere abermals, Das sagst du als Einer, der des Guten übergenug hat. Liegst du nicht in einem himmelblauen See von Glück?“ — „Ihr Schalks-Narren, antwortete Zarathustra und lächelte, wie gut wähltet ihr das Gleichniss! Aber ihr wisst auch, dass mein Glück schwer ist und nicht wie eine flüssige Wasserwelle: es drängt mich und will nicht von mir und thut gleich geschmolzenem Peche.“ — Da giengen die Thiere wieder nachdenklich um ihn herum und stellten sich dann abermals vor ihn hin. „Oh Zarathustra, sagten sie, daher also kommt es, dass du selber immer gelber und dunkler wirst, obschon dein Haar weiss und flächsern aussehen will? Siehe doch, du sitzest in deinem Peche!“ — „Was sagt ihr da, meine Thiere, sagte Zarathustra und lachte dazu, wahrlich, ich lästerte als ich von Peche sprach. Wie mir geschieht, so geht es allen Früchten, die reif werden. Es ist der Honig in meinen Adern, der mein Blut dicker und auch meine Seele stiller macht.“ — „So wird es sein, oh Zarathustra, antworteten die Thiere und drängten sich an ihn; willst du aber nicht heute auf einen hohen Berg steigen? Die Luft ist rein, und man sieht heute mehr von der Welt als jemals.“ — „Ja, meine Thiere, antwortete er, ihr rathet trefflich und mir nach dem Herzen: ich will heute auf einen hohen Berg steigen! Aber sorgt, dass dort Honig mir zur Hand sei, gelber, weisser, guter, eisfrischer Waben-Goldhonig. Denn wisset, ich will droben das Honig-Opfer bringen.“ — 4. “Oh Zaratustra,” dijeron los animales una vez más, “eso lo dices como alguien que tiene más que suficiente de lo bueno. ¿No yaces en un lago azul celeste de felicidad? 5. “Vosotros, pícaros locos,” replicó Zaratustra y sonrió, “qué bien escogisteis la parábola. Pero sabéis también que mi felicidad es pesada y no como una fluída ola de agua, me aprieta y no quiere irse de mí y se comporta como pez derretida” 6. Entonces los animales anduvieron de nuevo pensativos en torno a él y se plantaron luego una vez más delante de él. “Oh Zaratustra,” dijeron, “ ¿de ahí viene, por tanto, que tu mismo te vuelvas siempre más amarillo y más oscuro, aunque tu pelo quiera parecer blanco y de color lino? ¡Mira, estás sentado en tu pez! 7. “¿Qué decís ahí, animales míos,” dijo Zaratustra y rió con ello, “en verdad, despotricaba cuando hablé de la pez. Como me ocurrió a mí, así les pasa a todos los frutos que se tornan maduros. Es la miel en mi alma, la que hace mi sangre más espesa y mi alma más silenciosa. 8. “Así será, Oh Zaratustra,” replicaron los animales y se apretaron contra él; “¿Pero no quieres hoy ascender a una alta montaña? El aire es puro, y se ve hoy más del mundo que nunca.” 9. “Sí, animales míos,” replicó él,”aconsejáis excelentemente y de acuerdo con mi corazón: quiero hoy ascender a una alta montaña. Pero cuidáos de que ahí tenga miel a la mano, amarilla, blanca, buena, fresca como el hielo, miel dorada de panal. Porque, que lo sepáis, quiero arriba hacer la ofrenda-miel.”
ChatGPT said:
Pensó durante 1m 38s
Te propongo este bloque revisado, ajustando léxico, tono y algún matiz que en tu borrador se había ido a “pez” en vez de Pech:
«Oh Zaratustra —volvieron a decir los animales—, eso lo dices como quien está harto de lo bueno. ¿No yaces acaso en un lago de felicidad azul celeste?»
«Vosotros, pícaros necios —respondió Zaratustra y sonrió—, ¡qué bien habéis escogido la parábola! Pero sabéis también que mi felicidad es pesada y no como una ola líquida de agua: me oprime y no quiere apartarse de mí, y actúa como brea derretida.»
Entonces los animales volvieron a andar pensativos en torno a él y luego se plantaron de nuevo delante de él. «Oh Zaratustra —dijeron—, ¿de ahí viene, pues, que tú mismo te vuelves cada vez más amarillo y más oscuro, aunque tu cabello quiera parecer blanco y color de lino? ¡Mira, estás sentado en tu brea!»
«¿Qué decís ahí, animales míos? —dijo Zaratustra riendo—. En verdad, blasfemé cuando hablé de la brea. Lo que me ocurre a mí les sucede a todos los frutos que maduran. Es la miel en mis venas la que vuelve más espesa mi sangre y también más silenciosa mi alma.»
«Así será, oh Zaratustra —respondieron los animales y se apretaron contra él—; pero ¿no quieres hoy subir a una alta montaña? El aire está puro, y hoy se ve más del mundo que nunca.»
«Sí, animales míos —respondió él—, aconsejáis certeramente y conforme a mi corazón: hoy quiero subir a una alta montaña. Pero procurad que allí tenga miel a mano: amarilla, blanca, buena, miel dorada de panal fresca como el hielo. Porque, sabedlo, allá arriba quiero ofrecer la ofrenda de miel.»
Notas mínimas:
- des Guten übergenug: “estar harto de lo bueno” conserva la idea de “más que suficiente”.
- Pech → brea, no pez; recupero luego el juego con “estás sentado en tu brea”.
- lästerte: mejor “blasfemé” que “despotricaba”, para mantener el tono alto de Zaratustra.
- Honig in meinen Adern: lo devuelvo a “venas”, como en el original; la miel es casi fisiológica.
- das Honig-Opfer: mantengo “ofrenda de miel”, en línea con el título de discurso.
Si te encaja, en el siguiente turno te preparo ya la versión continua de todo el arranque del capítulo (desde “Und wieder liefen Monde…” hasta “das Honig-Opfer bringen”) lista para el blog.
You said:
Corregimos esto (10-12) y, cuando terminemos, me pasas la versión en limpio de 1 a 12, y abrimos conversación para terminar ahí Das Honig-Opfer: Als Zarathustra aber oben auf der Höhe war, sandte er die Thiere heim, die ihn geleitet hatten, und fand, dass er nunmehr allein sei: — da lachte er aus ganzem Herzen, sah sich um und sprach also: Dass ich von Opfern sprach und Honig-Opfern, eine List war’s nur meiner Rede und, wahrlich, eine nützliche Thorheit! Hier oben darf ich schon freier reden, als vor Einsiedler-Höhlen und Einsiedler-Hausthieren. Was opfern! Ich verschwende, was mir geschenkt wird, ich Verschwender mit tausend Händen: wie dürfte ich Das noch — Opfern heissen! Und als ich nach Honig begehrte, begehrte ich nur nach Köder und süssem Seime und Schleime, nach dem auch Brummbären und wunderliche mürrische böse Vögel die Zunge lecken: — nach dem besten Köder, wie er Jägern und Fischfängern noththut. Denn wenn die Welt wie ein dunkler Thierwald ist und aller wilden Jäger Lustgarten, so dünkt sie mich noch mehr und lieber ein abgründliches reiches Meer, — ein Meer voll bunter Fische und Krebse, nach dem es auch Götter gelüsten möchte, dass sie an ihm zu Fischern würden und zu Netz-Auswerfern: so reich ist die Welt an Wunderlichem, grossem und kleinem! Sonderlich die Menschen-Welt, das Menschen-Meer: — nach dem werfe ich nun meine goldene Angelruthe aus und spreche: thue dich auf, du Menschen-Abgrund! 10. Pero cuando Zaratustra estuvo en lo alto de la cima, envió a los animales a casa, que lo habían acompañado, y encontró que estaba solo. Entonces rió de todo corazón, miró a su alrededor y habló así: 11. Que hablé hoy de ofrendas y ofrendas de miel fue solo un ardid de mi discurso y, en verdad, una útil necedad. Aquí arriba puedo hablar ya más libremente que en frente de cuevas de ermitaños y animales domésticos de ermitaños. 12. ¿Qué ofrendar? Derrocho lo que me es regalado, yo, derrochador con mil manos; ¿cómo podría llamar a eso aun ofrendar? Y cuando deseé miel, deseé solamente cebo y dulce mucílago y gelatina, tras lo cual también osos gruñones y extraños, hoscos, perversos pájaros hacen agua la lengua – tras el mejor cebo, como a los cazadores y pescadores les es necesario. Porque, si el mundo es un oscuro bosque de animales y un jardín de placer para todo cazador salvaje, me parece aún más y mejor un rico mar abismal – un mar lleno de multicolores peces y cangrejos, por el que también a los dioses les gustaría sentir anhelo, para en él convertirse en pescadores y echadores de redes: tan rico es el mundo en cosas extrañas, grandes y pequeñas. Especialmente el mundo de los hombres, el mar de los hombres: a él lanzo ahora mi caña de pescar de oro y digo: ¡ábrete tú, abismo de los hombres!
ChatGPT said:
Pensó durante 1m 37s
Te dejo primero 10–12 corregido, y luego la versión continua de 1–12 lista para el blog.
10–12 revisado
Pero cuando Zaratustra estuvo arriba, en lo alto de la cumbre, envió de vuelta a casa a los animales que lo habían guiado y vio que ahora estaba solo; entonces rió de todo corazón, miró a su alrededor y habló así:
«Que hoy haya hablado de ofrendas y de ofrendas de miel no fue más que un ardid de mi discurso y, en verdad, una necedad útil. Aquí arriba puedo hablar ya con más libertad que ante cuevas de ermitaños y animales domésticos de ermitaños.
¿Qué ofrendas? Yo derrocho lo que se me regala, yo, derrochador de mil manos; ¿cómo podría llamar a eso todavía ofrenda?
Y cuando deseé miel, no deseé sino cebo y dulce sebo y baba, tras los cuales también los osos gruñones y las extrañas, hoscas y malévolas aves se relamen:
tras el mejor cebo, como el que necesitan cazadores y pescadores. Pues si el mundo es como un oscuro bosque de fieras y jardín de delicias para todos los cazadores salvajes, tanto más, y con mayor agrado, se me aparece como un mar abismal y rico,
un mar lleno de peces de muchos colores y de cangrejos, que podría incluso hacer que a los dioses les apeteciera hacerse en él pescadores y lanzadores de redes: tan rico es el mundo en cosas extrañas, grandes y pequeñas.
Sobre todo el mundo de los hombres, el mar de los hombres: hacia él lanzo ahora mi caña de pescar de oro y digo: ¡ábrete, abismo de los hombres!»
He mantenido “ofrendas / ofrendas de miel” para seguir coherente con el título y el tono cultual, y “sebo y baba” para recoger el lado viscoso, animal, de Seim und Schleim.
Versión en limpio 1–12 (para el blog)
Y de nuevo corrieron lunas y años sobre el alma de Zaratustra, y él no hizo caso de ello; pero su cabello se volvió blanco. Un día, cuando estaba sentado sobre una piedra delante de su cueva y miraba en silencio a lo lejos —pues desde allí se mira hacia el mar y por encima de abismos sinuosos—, entonces sus animales anduvieron pensativos en torno a él y por fin se plantaron delante de él.
«Oh Zaratustra —dijeron—, ¿miras acaso a lo lejos en busca de tu felicidad?»
«¡Qué importa la felicidad! Hace ya mucho que no aspiro a la felicidad; aspiro a mi obra.»
«Oh Zaratustra —volvieron a decir los animales—, eso lo dices como quien está harto de lo bueno. ¿No yaces acaso en un lago de felicidad azul celeste?»
«Vosotros, pícaros necios —respondió Zaratustra y sonrió—, ¡qué bien habéis escogido la parábola! Pero sabéis también que mi felicidad es pesada y no como una ola líquida de agua: me oprime y no quiere apartarse de mí, y actúa como brea derretida.»
Entonces los animales volvieron a andar pensativos en torno a él y luego se plantaron de nuevo delante de él. «Oh Zaratustra —dijeron—, ¿de ahí viene, pues, que tú mismo te vuelves cada vez más amarillo y más oscuro, aunque tu cabello quiera parecer blanco y color de lino? ¡Mira, estás sentado en tu brea!»
«¿Qué decís ahí, animales míos? —dijo Zaratustra riendo—. En verdad, blasfemé cuando hablé de la brea. Lo que me ocurre a mí les sucede a todos los frutos que maduran. Es la miel en mis venas la que vuelve más espesa mi sangre y también más silenciosa mi alma.»
«Así será, oh Zaratustra —respondieron los animales y se apretaron contra él—; pero ¿no quieres hoy subir a una alta montaña? El aire está puro, y hoy se ve más del mundo que nunca.»
«Sí, animales míos —respondió él—, aconsejáis certeramente y conforme a mi corazón: hoy quiero subir a una alta montaña. Pero procurad que allí tenga miel a mano: amarilla, blanca, buena, miel dorada de panal fresca como el hielo. Porque, sabedlo, allá arriba quiero ofrecer la ofrenda de miel.»
Pero cuando Zaratustra estuvo arriba, en lo alto de la cumbre, envió de vuelta a casa a los animales que lo habían guiado y vio que ahora estaba solo; entonces rió de todo corazón, miró a su alrededor y habló así:
«Que hoy haya hablado de ofrendas y de ofrendas de miel no fue más que un ardid de mi discurso y, en verdad, una necedad útil. Aquí arriba puedo hablar ya con más libertad que ante cuevas de ermitaños y animales domésticos de ermitaños.
¿Qué ofrendas? Yo derrocho lo que se me regala, yo, derrochador de mil manos; ¿cómo podría llamar a eso todavía ofrenda?
Y cuando deseé miel, no deseé sino cebo y dulce sebo y baba, tras los cuales también los osos gruñones y las extrañas, hoscas y malévolas aves se relamen:
tras el mejor cebo, como el que necesitan cazadores y pescadores. Pues si el mundo es como un oscuro bosque de fieras y jardín de delicias para todos los cazadores salvajes, tanto más, y con mayor agrado, se me aparece como un mar abismal y rico,
un mar lleno de peces de muchos colores y de cangrejos, que podría incluso hacer que a los dioses les apeteciera hacerse en él pescadores y lanzadores de redes: tan rico es el mundo en cosas extrañas, grandes y pequeñas.
Sobre todo el mundo de los hombres, el mar de los hombres: hacia él lanzo ahora mi caña de pescar de oro y digo: ¡ábrete, abismo de los hombres!»
Cuando quieras, abrimos conversación nueva para seguir desde aquí y rematar “La ofrenda de miel”.
You said:
¿Te importa calcar un poco más la sintaxis del original en “que podría incluso hacer que a los dioses les apeteciera hacerse en él pescadores y lanzadores de redes”?
ChatGPT said:
Pensó durante 10s
Claro, tiene todo el sentido acercarlo más al giro del alemán.
El original dice:
… nach dem es auch Götter gelüsten möchte, dass sie an ihm zu Fischern würden und zu Netz-Auswerfern …
Te propongo esta versión, más calcada en la estructura:
… un mar lleno de peces de muchos colores y de cangrejos, del cual también podría antojárseles a los dioses que en él se volvieran pescadores y lanzadores de redes: tan rico es el mundo en cosas extrañas, grandes y pequeñas.
Si quieres el periodo entero retocado dentro del párrafo, quedaría así:
… tanto más, y con mayor agrado, se me aparece como un mar abismal y rico, un mar lleno de peces de muchos colores y de cangrejos, del cual también podría antojárseles a los dioses que en él se volvieran pescadores y lanzadores de redes: tan rico es el mundo en cosas extrañas, grandes y pequeñas.
Solo tienes que sustituir esa frase en la versión en limpio de 1–12 y ya queda ajustado.
You said:
¿”al cual también a los dioses les agradaria antojar, para volverse en él pescadores y lanzadores de redes”? O algo en esa línea …
ChatGPT said:
Pensó durante 11s
Sí, vamos exactamente en esa línea, pero yo quitaría el “agradaría” (que complica) y ordenaría un poco para que suene raro, pero castellano:
Te propongo:
“… un mar lleno de peces de muchos colores y de cangrejos, al cual también podría antojárseles a los dioses volverse en él pescadores y lanzadores de redes: tan rico es el mundo en cosas extrañas, grandes y pequeñas.”
Ahí calcamos bastante:
- nach dem → “al cual”
- es auch Götter gelüsten möchte → “también podría antojárseles a los dioses”
- dass sie an ihm zu Fischern würden und zu Netz-Auswerfern → “volverse en él pescadores y lanzadores de redes”.
Si te convence, sustituimos solo esa frase en la versión en limpio de 1–12 y seguimos.
You said:
Pero el complemento de “gelusten” es “nach Dem”, no? Y la oración de “dass”, yo la veo final: ” … un mar lleno de peces de muchos colores y cangrejos, que también podría antojarse les a los dioses, para volverse en él …”
ChatGPT said:
Pensó durante 30s
Tienes razón en la anatomía de la frase alemana, vamos por partes:
- El giro básico es es gelüstet jemanden nach etwas → “a alguien se le antoja / apetece algo”.
- Aquí: nach dem = objeto del deseo → el mar.
- Luego Nietzsche le añade:
dass sie an ihm zu Fischern würden und zu Netz-Auswerfern
que funciona como contenido / consecuencia deseada: lo que querrían hacer allí, “que en él se volvieran pescadores…”.
O sea, esquemáticamente:
[mar], del cual también podría antojárseles a los dioses [esto]: que en él se volvieran pescadores…
Tu intuición de leer la oración de dass con valor final (“para volverse…”) es muy razonable en español: mantiene bien la lógica del deseo y nos ahorra una subordinada algo pesada.
Yo dejaría la frase así, incorporando tu propuesta y limándola un poco:
“… un mar lleno de peces de muchos colores y de cangrejos, que también podría antojárseles a los dioses para volverse en él pescadores y lanzadores de redes: tan rico es el mundo en cosas extrañas, grandes y pequeñas.”
Aquí:
- nach dem → “que también podría antojárseles a los dioses” (el mar como objeto del antojo).
- dass sie an ihm zu Fischern würden und zu Netz-Auswerfern → “para volverse en él pescadores y lanzadores de redes” (final/consecuencia deseada).
Si te gusta así, simplemente sustituimos en tu versión en limpio esa frase por esta última y damos por fijado el bloque 1–12.
You said:
Sí. Lo dejamos así. Si me das 1-12 entero, lo publico ya.
ChatGPT said:
Pensó durante 15s
Y de nuevo corrieron lunas y años sobre el alma de Zaratustra, y él no hizo caso de ello; pero su cabello se volvió blanco. Un día, cuando estaba sentado sobre una piedra delante de su cueva y miraba en silencio a lo lejos —pues desde allí se mira hacia el mar y por encima de abismos sinuosos—, entonces sus animales anduvieron pensativos en torno a él y por fin se plantaron delante de él.
«Oh Zaratustra —dijeron—, ¿miras acaso a lo lejos en busca de tu felicidad?»
«¡Qué importa la felicidad! Hace ya mucho que no aspiro a la felicidad; aspiro a mi obra.»
«Oh Zaratustra —volvieron a decir los animales—, eso lo dices como quien está harto de lo bueno. ¿No yaces acaso en un lago de felicidad azul celeste?»
«Vosotros, pícaros necios —respondió Zaratustra y sonrió—, ¡qué bien habéis escogido la parábola! Pero sabéis también que mi felicidad es pesada y no como una ola líquida de agua: me oprime y no quiere apartarse de mí, y actúa como brea derretida.»
Entonces los animales volvieron a andar pensativos en torno a él y luego se plantaron de nuevo delante de él. «Oh Zaratustra —dijeron—, ¿de ahí viene, pues, que tú mismo te vuelves cada vez más amarillo y más oscuro, aunque tu cabello quiera parecer blanco y color de lino? ¡Mira, estás sentado en tu brea!»
«¿Qué decís ahí, animales míos? —dijo Zaratustra riendo—. En verdad, blasfemé cuando hablé de la brea. Lo que me ocurre a mí les sucede a todos los frutos que maduran. Es la miel en mis venas la que vuelve más espesa mi sangre y también más silenciosa mi alma.»
«Así será, oh Zaratustra —respondieron los animales y se apretaron contra él—; pero ¿no quieres hoy subir a una alta montaña? El aire está puro, y hoy se ve más del mundo que nunca.»
«Sí, animales míos —respondió él—, aconsejáis certeramente y conforme a mi corazón: hoy quiero subir a una alta montaña. Pero procurad que allí tenga miel a mano: amarilla, blanca, buena, miel dorada de panal fresca como el hielo. Porque, sabedlo, allá arriba quiero ofrecer la ofrenda de miel.»
Pero cuando Zaratustra estuvo arriba, en lo alto de la cumbre, envió de vuelta a casa a los animales que lo habían guiado y vio que ahora estaba solo; entonces rió de todo corazón, miró a su alrededor y habló así:
«Que hoy haya hablado de ofrendas y de ofrendas de miel no fue más que un ardid de mi discurso y, en verdad, una necedad útil. Aquí arriba puedo hablar ya con más libertad que ante cuevas de ermitaños y animales domésticos de ermitaños.
¿Qué ofrendas? Yo derrocho lo que se me regala, yo, derrochador de mil manos; ¿cómo podría llamar a eso todavía ofrenda?
Y cuando deseé miel, no deseé sino cebo y dulce sebo y baba, tras los cuales también los osos gruñones y las extrañas, hoscas y malévolas aves se relamen:
tras el mejor cebo, como el que necesitan cazadores y pescadores. Pues si el mundo es como un oscuro bosque de fieras y jardín de delicias para todos los cazadores salvajes, tanto más, y con mayor agrado, se me aparece como un mar abismal y rico, un mar lleno de peces de muchos colores y de cangrejos, que también podría antojárseles a los dioses para volverse en él pescadores y lanzadores de redes: tan rico es el mundo en cosas extrañas, grandes y pequeñas.
Sobre todo el mundo de los hombres, el mar de los hombres: hacia él lanzo ahora mi caña de pescar de oro y digo: ¡ábrete, abismo de los hombres!»
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