Revisión de 1.4. “DESPRECIADORES DEL CUERPO”(W.K.)

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Tú dijiste:

Buenas noches. 1.5: De los Despreciadores del cuerpo: 1.5 (2da versión) Original Quiero hablarles a los que desprecian el cuerpo. No quiero que aprendan ni que enseñen: solo que se despidan de sus cuerpos… y guarden silencio. «Yo soy cuerpo y alma», dice el niño. ¿Y por qué no hablar como los niños? Pero los sabios, los verdaderamente despiertos, dicen: «Soy cuerpo, y nada más. El alma es solo una palabra para una parte del cuerpo». El cuerpo es una gran inteligencia, una unidad compuesta de muchas partes, una lucha y una armonía al mismo tiempo, un rebaño… y también su pastor. Lo que tú llamas “espíritu” o “mente” es solo una herramienta pequeña de esa gran inteligencia del cuerpo. Tu espíritu es un instrumento, un juguete que el cuerpo usa para sus propios fines. Tú dices “yo”, y te crees muy importante por eso. Pero lo que de verdad importa es algo más grande, que tú ni siquiera quieres reconocer: tu cuerpo y su gran razón. Él no dice “yo”, pero él es quien hace el “yo”. Tus sentidos y tu mente creen que todo gira en torno a ellos. Pero no son más que medios. Detrás de ellos está el verdadero dueño: el yo. El yo usa tus sentidos para ver, usa tu mente para pensar, ordena, compara, conquista, destruye. El yo es quien decide, incluso por encima de tu ego. Y ese yo… es tu cuerpo. Vive en él. Es él. Tu cuerpo tiene más sabiduría que tu mente más brillante. Y tú ni siquiera sabes para qué necesita tu cuerpo esa sabiduría… Tu yo se ríe del ego y sus grandes ideas. «¿Qué son esos saltos mentales para mí?», se dice. «Solo desvíos para llegar a mi fin. Yo soy quien mueve los hilos del ego, yo soy quien le dicta los pensamientos». Tu yo le dice al ego: «Sufre aquí». Y entonces el ego sufre… y se ve obligado a pensar cómo dejar de sufrir. Tu yo le dice al ego: «Disfruta aquí». Y entonces el ego disfruta… y piensa cómo volver a sentir placer. Quiero hablar con los que desprecian el cuerpo. Su desprecio nace, en el fondo, de un respeto frustrado. ¿Y quién inventó ese respeto y ese desprecio, ese valorar y desvalorar? El yo creador. Fue él quien inventó el dolor, el placer, los valores. Fue el cuerpo creador quien creó también el espíritu, como si fuera una herramienta, una mano de su voluntad. Incluso cuando despreciáis el cuerpo, en realidad estáis sirviendo a vuestro yo. Pero ese yo quiere morir. Ya no puede hacer lo que más desea: crear más allá de sí mismo. Y como no puede crear más, prefiere hundirse. Por eso os habéis vuelto contra la vida y contra la tierra, y en vuestra mirada hay una envidia amarga y oscura. Yo no os seguiré. Vosotros, los que despreciáis el cuerpo, no sois un puente hacia el superhombre. Así habló Zaratustra. Ideas clave 1. Crítica al dualismo alma-cuerpo «Cuerpo soy, y nada más»
Nietzsche niega la existencia de un alma separada: todo lo que somos, pensamos o sentimos surge del cuerpo. El alma, el espíritu, incluso la razón, no son más que funciones corporales. 2. El cuerpo como «gran razón» La verdadera sabiduría no está en la mente abstracta, sino en el cuerpo, que guía, evalúa y dirige incluso el pensamiento. El cuerpo es plural y complejo, como un rebaño que se guía a sí mismo. 3. El “yo” frente al ego Nietzsche introduce una distinción clave: * El ego (el “yo” consciente que dice “yo”) es un juguete. * El yo verdadero es inconsciente, profundo, corporal. Es quien mueve los hilos, quien crea el pensamiento como herramienta para sus fines vitales. Este “yo” es una especie de voluntad de vida encarnada, que también será la base de su idea de la voluntad de poder. 4. El pensamiento al servicio del placer y del dolor El pensamiento no es una actividad elevada por sí misma, sino una reacción del cuerpo: pensamos porque el cuerpo nos obliga a hacerlo, por placer o por sufrimiento. 5. Los despreciadores del cuerpo son decadentes Los que desprecian el cuerpo lo hacen porque su yo creador está agotado. Ya no pueden crear, ya no pueden afirmar la vida, y por eso la niegan. Su desprecio es una forma de resentimiento. Lectura filosófica Este discurso es una miniatura perfecta del giro nietzscheano: * Del idealismo al materialismo vital * Del racionalismo al cuerpo como fuente de sentido * Del alma como principio moral al cuerpo como voluntad creadora Además, este texto prepara el terreno para temas posteriores: la voluntad de poder, la muerte de Dios, el eterno retornoy el Übermensch. Aquí ya se ve con claridad que el desprecio de la vida —y del cuerpo como su expresión más inmediata— es el mayor obstáculo para la aparición del superhombre. Anexo: Notas básicas al discurso 4 “Sobre los que desprecian el cuerpo” Contexto general El discurso, incluido en la Primera Parte de Así habló Zaratustra, se dirige frontalmente contra quienes reniegan del cuerpo en nombre de lo espiritual. Nietzsche se enfrenta aquí al dualismo alma/cuerpo, tan presente en la tradición platónica y cristiana, y defiende una visión afirmadora de la vida y la corporalidad. Ideas clave 1. Crítica al dualismo: «Cuerpo soy, y nada más»
Nietzsche rechaza la idea de un alma separada del cuerpo. Lo que llamamos alma o espíritu son funciones corporales. El alma no es algo aparte, sino una forma de hablar de lo que el cuerpo hace y necesita. 2. El cuerpo como gran razón:
El cuerpo no es irracional ni inferior; al contrario, es más sabio que la mente. Es una inteligencia compleja que se expresa a través del pensamiento, pero también lo supera. 3. El “yo” real frente al ego:
Nietzsche distingue entre: * el ego, que se cree dueño de sí mismo, y * el yo profundo, que es el cuerpo mismo y que gobierna desde el fondo.
Este yo es quien impulsa la vida y también quien crea pensamiento como herramienta útil. 4. El pensamiento nace del cuerpo:
El cuerpo ordena pensar cuando siente dolor o placer. Por tanto, la razón no es autónoma: está al servicio de la vida corporal. 5. El desprecio del cuerpo es decadencia:
Los que desprecian el cuerpo son personas cuyo yo está agotado. Ya no pueden crear ni afirmarse, y por eso se vuelven contra la vida, guiados por la envidia y el resentimiento. Interpretación filosófica Este texto ilustra muy bien la inversión de valores que propone Nietzsche: * De la trascendencia a la inmanencia * De la negación del cuerpo a su afirmación radical * De una moral basada en la renuncia, al impulso vital y creador como valor supremo Es también una pieza clave en el camino hacia el superhombre (Übermensch): quien niega el cuerpo niega también la posibilidad de superarse y de crear algo nuevo. Zarathustra lo deja claro: el desprecio del cuerpo no lleva a ninguna parte. versión corregida: Quiero hablarles a los que desprecian el cuerpo. No quiero que aprendan ni que enseñen de forma diferente, solo que se despidan de sus cuerpos – y guarden silencio. «Yo soy cuerpo y alma», dice el niño. ¿Y por qué no hablar como los niños? Pero los sabios, los verdaderamente despiertos, dicen: «Soy cuerpo, y nada más. El alma es solo una palabra para una parte del cuerpo». El cuerpo es una gran razón, una pluralidad con un sentido, una guerra y una paz, un rebaño y un pastor. Un instrumento de tu cuerpo lo es también tu pequeña razón, hermano mío, lo que tú llamas “espíritu” – un pequeño instrumento y un juguete de tu gran razón. Tú dices “yo”, y te crees muy importante por eso. Pero más grande es aquello en lo que no quieres tener fe -tu cuerpo y su gran razón: que no dice “yo”, pero hace “yo”. Lo que el sentido siente, lo que el espíritu conoce, nunca tiene su fin en sí mismo. Pero el sentido y el espíritu te persuadirían de que son el fin de todas las cosas: así es como son de vanos. Instrumentos y juguetes son el sentido y el espíritu: detrás de ellos todavía yace el sí-mismo. El sí-mismo también busca con los ojos de los sentidos; también escucha con los oídos del espíritu. El sí-mismo siempre escucha y busca: compara, supera, conquista, destruye. Controla, y está en control del ego también. Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se yergue un poderoso gobernador, un sabio desconocido – cuyo nombre es el sí-mismo. Habita en tu cuerpo; es tu cuerpo. Hay más razón en tu cuerpo que en tu mejor sabiduría. ¿Y quién sabe por qué tu cuerpo necesita precisamente tu mejor sabiduría? Tu “sí mismo” se ríe de tu ego y de sus audaces saltos. “¿Qué son esos saltos y vuelos de pensamiento para mí?” Se dice. “Un rodeo para llegar a mi fin. Yo soy quien mueve los hilos del ego, yo soy quien le dicta los pensamientos. Tu “sí mismo” le dice al ego: «Sufre aquí». Entonces el ego sufre… y piensa cómo podría dejar de sufrir – y esa es la razón por la que se le hace pensar Tu “sí mismo” le dice al ego: «Disfruta aquí». Entonces el ego disfruta y piensa cómo volver a sentir placer. Quiero hablar con los que desprecian el cuerpo. Es su respeto lo que engendra su desprecio. ¿Qué es lo que creó respeto y desprecio y valor y voluntad? El “sí-mismo” creador creó respeto y desprecio; creó placer y dolor. El cuerpo creador creó al espíritu como una mano para su voluntad. Incluso en vuestra locura y vuestro desprecio, vosotros despreciadores del cuerpo, servís a vuestro “sí mismo”. Yo os digo: vuestro “sí mismo” quiere morir y se aparta de la vida. Ya no es capaz de lo que querría hacer por encima de todo lo demás: crear más allá de sí mismo. Eso es lo que querría hacer por encima de todo lo demás, ese es su ferviente deseo Pero ahora es demasiado tarde para que lo haga: así que vuestro “sí mismo” quiere descender, oh despreciadores del cuerpo. ¡Vuestro “sí mismo” quiere descender, y esa es la razón por la que os habeis convertido en despreciadores del cuerpo! Porque ya no sois capaces de crear más allá de vosotros mismos. Y esa es la razón por la que estais furiosos con la vida y la tierra. Una envidia inconsciente habla desde la mirada rencorosa de vuestro desprecio. ¡No seguiré vuestro camino, Oh despreciadores del cuerpo! ¡No sois un puente hacia el superhombre! Así habló Zaratustra. Nota El discurso constituye una crítica radical a la tradición dualista que separa el alma y el cuerpo, con clara alusión a Platón, al cristianismo y a toda moral ascética que desprecia lo corporal como algo bajo o pecaminoso. Nietzsche propone una inversión de valores: en lugar de elevar el alma sobre el cuerpo, el cuerpo es el centro de la vida, de la razón y de la creación de sentido. Al no existir un alma separada, todo lo que somos, sentimos o pensamos surge del cuerpo. El alma, el espíritu, incluso la razón, no son más que funciones corporales. Nietzsche introduce una distinción clave: el “ego” (el “yo” consciente que dice “yo”) es un juguete. El “yo verdadero” es inconsciente, profundo, corporal. Es quien mueve los hilos, quien crea el pensamiento como herramienta para sus fines. El pensamiento no es una actividad elevada por sí misma, sino una reacción del cuerpo. Pensamos porque el cuerpo nos obliga a hacerlo, por placer o por sufrimiento. Este “yo” es una especie de voluntad de vida encarnada, que también será la base de la idea de la “voluntad de poder.” Nietzsche contrapone a lo largo de todo el capítulo Ich (“Yo”, “ego”) y Selbst (sí-mismo). Los despreciadores del cuerpo son decadentes, desprecian el cuerpo porque su yo creador está agotado. No pueden crear, no pueden afirmar la vida, y por eso la niegan. Su desprecio es una forma de resentimiento. El discurso es una miniatura perfecta del giro Nietzscheano: del idealismo al materialismo vital; del racionalismo al cuerpo como fuente de sentido; del alma como principio moral al cuerpo como voluntad creadora- El texto prepara el terreno para temas posteriores: la voluntad de poder, la muerte de Dios, el eterno retorno y el Übermensch. El desprecio de la vida -y del cuerpo como su expresión más inmediata, es el mayor obstáculo para la aparición del superhombre.

ChatGPT Plus

Memoria guardada actualizada

Fernando, esta segunda versión de 1.5 “De los despreciadores del cuerpo” está muy lograda. El texto respeta los párrafos de Kaufmann y mantiene el ritmo y la claridad de la prosa. A continuación te ofrezco algunas sugerencias de mejora por bloques, incluyendo correcciones finas de estilo y alguna precisión conceptual o idiomática:


📝 Sugerencias de revisión (traducción)

  1. Inicio:

“No quiero que aprendan ni que enseñen de forma diferente…”

Podría simplificarse para más contundencia:

“No quiero que aprendan ni enseñen: solo que se despidan de sus cuerpos y guarden silencio.”

El “de forma diferente” no está en el original y distrae del tono imperativo de Zaratustra.


  1. Gran razón / pequeño instrumento:

“Un instrumento de tu cuerpo lo es también tu pequeña razón…”

Para evitar el anacoluto y mejorar fluidez:

“También tu pequeña razón es un instrumento de tu cuerpo…”


  1. “Sí-mismo” y el ego:

“El sí-mismo también busca con los ojos de los sentidos…”

Aquí:

  • Podría matizarse con una puntuación más clara y natural:

“También el sí-mismo busca con los ojos de los sentidos y escucha con los oídos del espíritu.”

Y más adelante:

“Controla, y está en control del ego también.”

Esta línea es algo redundante. Una opción:

“Gobierna incluso al ego.”
O si se quiere conservar el ritmo:
“Gobierna, y también al ego.”


  1. Este fragmento:

“Tu ‘sí mismo’ le dice al ego: «Sufre aquí». Entonces el ego sufre… y piensa cómo podría dejar de sufrir – y esa es la razón por la que se le hace pensar”

Revisión sugerida:

“Tu ‘sí-mismo’ le dice al ego: ‘Sufre aquí’. Y el ego sufre… y se ve forzado a pensar cómo dejar de sufrir: por eso se le hace pensar.”

(Elimina “esa es la razón por la que…” para evitar la doble explicación.)


  1. Bloque final:

“Eso es lo que querría hacer por encima de todo lo demás, ese es su ferviente deseo”

Repetición algo torpe. Propongo:

“Eso es lo que más desearía hacer: crear más allá de sí mismo.”
O si se quiere conservar un eco:
“Eso es lo que más desearía: crear más allá de sí mismo.”

Y más adelante:

“Y esa es la razón por la que estais furiosos con la vida y la tierra”

Tildar estáis, y podrías matizar:

“Por eso estáis airados con la vida y la tierra.”
“Por eso vuestra mirada destila furia contra la vida y la tierra.”


📌 Nota final – detalles estilísticos y añadidos posibles

Está bien redactada, pero puedes considerar añadir una frase de cierre que ate el comentario a la figura del superhombre. Por ejemplo:

“Solo quien afirma su cuerpo como voluntad creadora puede aspirar a cruzar el puente hacia el Übermensch.”

Y, si te interesa, se podría añadir brevemente la conexión con Ecce Homo, donde Nietzsche se describe como un cuerpo integral que escribe con sangre, o el uso polémico del concepto de “alma” en Más allá del bien y del mal, §14: “La ‘alma’, como cuerpo…”


¿Quieres que prepare una versión con las correcciones ya incorporadas? También podría maquetar el apartado Ideas clave y Lectura filosófica como un bloque único con estilo editorial homogéneo.

Tú dijiste:

Sí, C(h)at. Ambas cosas.

ChatGPT Plus

Perfecto, Fernando. Aquí va la versión revisada del texto principal y, a continuación, una edición unificada y maquetada del apartado interpretativo, con estilo editorial armonizado. Mantengo tus decisiones esenciales y afino fluidez, precisión y estilo. Vamos allá:


1.5: De los despreciadores del cuerpo

(2ª versión revisada)

Quiero hablarles a los que desprecian el cuerpo.
No quiero que aprendan ni enseñen: solo que se despidan de sus cuerpos… y guarden silencio.

«Yo soy cuerpo y alma», dice el niño.
¿Y por qué no hablar como los niños?

Pero los sabios, los verdaderamente despiertos, dicen:
«Soy cuerpo, y nada más. El alma es solo una palabra para una parte del cuerpo».

El cuerpo es una gran razón,
una pluralidad con sentido,
una guerra y una paz,
un rebaño y un pastor.

También tu pequeña razón es un instrumento de tu cuerpo, hermano mío,
lo que tú llamas “espíritu”:
un instrumento menor y un juguete de tu gran razón.

Tú dices “yo”, y te crees muy importante por eso.
Pero más grande es aquello en lo que no quieres creer:
tu cuerpo y su gran razón,
que no dice “yo”, pero hace el “yo”.

Lo que el sentido siente, lo que el espíritu conoce, nunca tiene su fin en sí mismo.
Pero el sentido y el espíritu quieren persuadirte de que son el fin de todas las cosas:
así de vanos son.

Instrumentos y juguetes son el sentido y el espíritu:
detrás de ellos yace todavía el sí-mismo.

También el sí-mismo busca con los ojos de los sentidos,
también escucha con los oídos del espíritu.
El sí-mismo siempre escucha y busca:
compara, supera, conquista, destruye.
Gobierna, y también al ego.

Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío,
se yergue un poderoso gobernante, un sabio desconocido —
cuyo nombre es el sí-mismo.
Habita en tu cuerpo;
es tu cuerpo.

Hay más razón en tu cuerpo que en tu mejor sabiduría.
¿Y quién sabe por qué tu cuerpo necesita precisamente esa sabiduría?

Tu sí-mismo se ríe de tu ego y de sus audaces saltos.
«¿Qué son esos vuelos de pensamiento para mí?», se dice.
«Un rodeo para llegar a mi fin.
Yo soy quien mueve los hilos del ego;
yo soy quien le dicta los pensamientos».

Tu sí-mismo le dice al ego: «Sufre aquí».
Y el ego sufre… y se ve forzado a pensar cómo dejar de sufrir:
por eso se le hace pensar.

Tu sí-mismo le dice al ego: «Disfruta aquí».
Y el ego disfruta… y piensa cómo volver a sentir placer.

Quiero hablar con los que desprecian el cuerpo.
Es su respeto frustrado lo que engendra su desprecio.

¿Y qué es lo que creó respeto y desprecio, lo que creó valorar y desvalorar?
El sí-mismo creador los creó.
Creó el placer y el dolor.
El cuerpo creador creó también el espíritu, como una mano para su voluntad.

Incluso en vuestra locura y vuestro desprecio,
vosotros, despreciadores del cuerpo, servís a vuestro sí-mismo.

Yo os digo: vuestro sí-mismo quiere morir.
Ya no es capaz de lo que más desearía:
crear más allá de sí mismo.
Ese es su más ferviente anhelo.

Pero ahora es demasiado tarde para ello.
Por eso vuestro sí-mismo quiere descender,
oh despreciadores del cuerpo.
Y por eso os habéis vuelto contra la vida y la tierra.

Una envidia inconsciente habla desde la mirada rencorosa de vuestro desprecio.

¡Yo no seguiré vuestro camino,
oh despreciadores del cuerpo!
¡No sois un puente hacia el superhombre!

Así habló Zaratustra.


Nota editorial e interpretativa

Este discurso constituye una crítica radical a la tradición dualista que separa el alma y el cuerpo, con clara alusión a Platón, al cristianismo y a toda moral ascética que desprecia lo corporal como algo inferior o pecaminoso.

Nietzsche propone una inversión de valores: en lugar de elevar el alma por encima del cuerpo, afirma al cuerpo como centro de la vida, de la razón y de la creación de sentido. Todo lo que somos, sentimos o pensamos surge del cuerpo. El alma, el espíritu, incluso la razón, no son más que funciones corporales.

Uno de los ejes del discurso es la distinción entre dos niveles del yo:

  • El ego (Ich), el “yo” consciente, que se cree el sujeto de la acción,
  • y el sí-mismo (Selbst), que es profundo, inconsciente, corporal:
    el verdadero agente, el que crea, ordena, piensa, desea.

Este sí-mismo es descrito como una voluntad de vida encarnada, que más tarde se convertirá en la base de la voluntad de poder.

El pensamiento, lejos de ser una actividad autónoma o elevada, aparece como una reacción corporal. Pensamos porque el cuerpo nos obliga a hacerlo, movido por el dolor o el placer.

Los despreciadores del cuerpo son para Nietzsche espíritus decadentes: han perdido la capacidad de crear, y en lugar de afirmarse, se vuelven contra la vida. Su desprecio es, en el fondo, resentimiento. No son un puente hacia el superhombre, sino un callejón sin salida.

Este discurso es, en miniatura, un giro completo en la historia de la filosofía:

  • del idealismo a un materialismo vital,
  • del racionalismo a una sabiduría corporal,
  • de la negación trascendente a la afirmación inmanente del cuerpo.

Además, anticipa con claridad temas centrales de Zaratustra:
la voluntad de poder, la muerte de Dios, el eterno retorno y la figura del Übermensch.

Solo quien afirma su cuerpo como voluntad creadora puede aspirar a cruzar el puente hacia el superhombre.


¿Te gustaría que prepare también una imagen simbólica para ilustrar este discurso, como hicimos con “los transmundanos”?

Tú dijiste:

Ya tenemos una ilustracion, Nos quedamos con ella.

ChatGPT Plus

Perfecto, Fernando. Entonces esta versión ya queda cerrada: texto principal, nota editorial e interpretación pulida. Si más adelante quieres preparar una entrada de índice o navegación que resuma las piezas clave de esta Primera Parte, puedo ayudarte también con eso.

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