P6 – revisión (W.K)

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Historial del chat

Tú dijiste:

P6: P6 (2ª versión) Entonces ocurrió algo que dejó a todos boquiabiertos y con la mirada clavada. Mientras tanto, el funambulista había comenzado su acto: había salido por una pequeña puerta y caminaba sobre la cuerda tendida entre dos torres, suspendida sobre el mercado y la gente. Cuando llegó exactamente al centro del recorrido, la puerta se abrió de nuevo y otro hombre, vestido con ropas abigarradas y aspecto de bufón, saltó y siguió al primero con pasos rápidos. «¡Adelante, cojo!» —gritó con voz imponente—. «¡Adelante, holgazán, contrabandista, cara pálida, o te haré cosquillas con el talón! ¿Qué haces aquí entre torres? ¡Tu sitio está en la torre! Deberían encerrarte; estás obstaculizando el paso a alguien mejor que tú.» Y con cada palabra se acercaba más y más, hasta que, estando ya solo a un paso de él, ocurrió algo terrible: el bufón dio un salto y pasó por encima del funambulista. Este, al ver que su rival lo ganaba, perdió la cabeza y el equilibrio, y cayó al vacío entre gritos, en un torbellino de brazos y piernas. La plaza del mercado se convirtió en un mar alborotado por la tempestad: la gente se dispersó, pisoteando el lugar donde el cuerpo yacía deshecho. Zaratustra, sin embargo, no se movió. Y fue justo a su lado donde cayó el cuerpo, mutilado y desfigurado, pero aún no muerto. Al cabo de un rato, el hombre destrozado recuperó la conciencia y vio a Zaratustra arrodillado junto a él. «¿Qué haces aquí?» —preguntó por fin—. «Hace tiempo que sabía que el diablo me haría tropezar. Ahora me arrastrará al infierno. ¿Quieres impedirlo?» —Por mi honor, amigo —respondió Zaratustra—, todo lo que dices no existe: no hay diablo ni infierno. Tu alma morirá antes que tu cuerpo; no temas nada más. El hombre lo miró con recelo. «Si dices la verdad —dijo—, no pierdo nada al perder la vida. Mas no soy más que una bestia a la que han enseñado a bailar a golpes y con unos pocos bocados.» —De ninguna manera —dijo Zaratustra—. Has hecho del peligro tu vocación; no hay nada despreciable en ello. Ahora mueres por tu vocación: por eso te enterraré con mis propias manos. Cuando Zaratustra dijo esto, el moribundo no respondió, pero movió la mano como si buscara la de Zaratustra en señal de agradecimiento. (2ª versión) Entonces ocurrió algo que dejó a todos boquiabiertos y con los ojos rígidos. Entretanto, el funambulista había comenzado su acto: había salido por una pequeña puerta y caminaba sobre la cuerda tendida entre dos torres, suspendida sobre el mercado y la gente. Cuando llegó exactamente al centro del recorrido, la puerta se abrió de nuevo y otro hombre, vestido con ropas abigarradas y aspecto de bufón, saltó y siguió al primero con pasos rápidos. «¡Adelante, cojo!» —gritó con voz imponente—. «¡Adelante, holgazán, contrabandista, cara pálida, o te haré cosquillas con el talón! ¿Qué haces aquí entre torres? ¡Tu sitio está en la torre! Deberían encerrarte; estás obstaculizando el paso a uno mejor que tú.» Y con cada palabra se acercaba más y más, hasta que, estando ya solo a un paso de él, ocurrió algo terrible que dejo a todos boquiabiertos y con los ojos rígidos: el bufón profirió un grito diabólico y saltó pasó por encima del hombre que estaba en su camino. Éste, al ver que su rival lo ganaba, perdió la cabeza y el equilibrio, arrojó la vara y cayó al vacío aún más deprisa, un torbellino de brazos y piernas. La plaza del mercado se volvió como el mar cuando la tempestad lo alborota: la gente se dispersó, y comenzó a atropellarse, especialente en el lugar donde el cuerpo había golpeado la tierra. Zaratustra no se movió. Y fue justo a su lado donde cayó el cuerpo, mutilado y desfigurado, pero aún no muerto. Al cabo de un rato, el hombre zarandeado recuperó la conciencia y vio a Zaratustra arrodillado junto a él. «¿Qué haces aquí?» —preguntó por fin—. «Hace tiempo que sabía que el diablo me haría tropezar. Ahora me arrastrará al infierno. ¿Quieres impedirlo?» —Por mi honor, amigo —respondió Zaratustra—, todo lo que dices no existe: no hay diablo ni infierno. Tu alma morirá antes que tu cuerpo; no temas nada más. El hombre lo miró con recelo. «Si dices la verdad —dijo—, no pierdo nada al perder la vida. Mas no soy más que una bestia a la que han enseñado a bailar a golpes y con unos pocos bocados.» —De ninguna manera —dijo Zaratustra—. Has hecho del peligro tu vocación; no hay nada despreciable en ello. Ahora mueres por tu vocación: por eso te enterraré con mis propias manos. Cuando Zaratustra dijo esto, el moribundo no respondió, pero movió la mano como si buscara la de Zaratustra en señal de agradecimiento.

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Tu segunda versión de P6 presenta mejoras de estilo y ritmo narrativo, con algunas imágenes reforzadas y un tono más dramático en ciertos pasajes clave. Aquí te ofrezco una revisión comparativa y algunas sugerencias para afinar aún más la prosa:


✅ Aciertos de la 2ª versión

  1. Doble uso del motivo “ojos rígidos” / “boquiabiertos”: Le da circularidad y aumenta el efecto de extrañamiento, aunque podrías evitar repetirlo literalmente en el mismo párrafo para no saturar.
  2. Mayor teatralidad en el salto del bufón“profirió un grito diabólico y saltó” es más expresivo que la versión anterior.
  3. La caída del funambulista como pérdida del “centro” y de la vara“arrojó la vara y cayó al vacío aún más deprisa” refuerza la desestabilización tanto física como simbólica.
  4. Mayor dramatismo en la escena del mercado“como el mar cuando la tempestad lo alborota” funciona muy bien como imagen trágica.

🛠️ Sugerencias de mejora (detalle a detalle)

1. Evitar repeticiones cercanas

“Entonces ocurrió algo que dejó a todos boquiabiertos y con los ojos rígidos.”
(…) “ocurrió algo terrible que dejó a todos boquiabiertos y con los ojos rígidos”

👉 Propongo quitar una de las dos, o reformular:

Alternativa:
“Entonces ocurrió algo que dejó a todos boquiabiertos, con la mirada petrificada.”
o bien:
“Entonces ocurrió algo terrible que paralizó a todos, boquiabiertos y con los ojos rígidos.”

2. Verbo “saltó pasó” parece un error

“saltó pasó por encima del hombre…”

👉 Corregir a:

“saltó y pasó por encima…”
o incluso más poético:
“saltó por encima del hombre que estaba en su camino, como una sombra burlona.”

3. “Zarandeado” puede ser demasiado informal en este contexto

“el hombre zarandeado recuperó la conciencia”

👉 Alternativas más neutras o literarias:

“el hombre herido”, “el cuerpo maltrecho”, “el agonizante”, o
“el cuerpo sacudido por la caída”.

4. “Especialmente” está mal escrito y un poco plano

“comenzó a atropellarse, especialente en el lugar donde el cuerpo…”

👉 Mejor:

“empezaron a atropellarse, sobre todo en el lugar donde el cuerpo había golpeado la tierra.”

5. “No se movió” y “cayó justo a su lado” son más potentes si se simplifican

“Zaratustra no se movió. Y fue justo a su lado donde cayó el cuerpo…”

👉 Alternativa más limpia:

“Zaratustra no se movió. El cuerpo cayó justo a su lado.”

6. “Bestia a la que han enseñado a bailar” está bien, pero podría sonar más seco aún

“Mas no soy más que una bestia a la que han enseñado a bailar a golpes y con unos pocos bocados.”

👉 Podrías ensayar esta versión, más directa:

“No soy más que una bestia amaestrada a golpes y con unos cuantos bocados.”


💬 Opción resumida de párrafos mejorados

Aquí una opción reescrita, integrando lo anterior:

Entonces ocurrió algo que paralizó a todos, boquiabiertos y con los ojos fijos. El funambulista había salido por una pequeña puerta y caminaba ya sobre la cuerda tendida entre dos torres, suspendida sobre la plaza. Cuando llegó al centro del trayecto, la puerta volvió a abrirse: un segundo hombre, con ropas abigarradas y aspecto de bufón, irrumpió con pasos rápidos tras él.
—¡Adelante, cojo! —gritó con voz imponente—. ¡Holgazán, contrabandista, cara pálida! ¿Qué haces aquí entre torres? ¡Tu sitio está en una celda! Estás estorbando el paso a alguien mejor que tú.
Y con cada palabra se acercaba más, hasta que, a un paso de distancia, profirió un grito diabólico y saltó por encima del otro. Este, al verse superado, perdió la cabeza y el equilibrio, soltó la vara y cayó al vacío como un torbellino de brazos y piernas. La plaza del mercado rugió como un mar encrespado por la tormenta: la multitud se dispersó, atropellándose, sobre todo en el lugar donde el cuerpo se estrelló contra el suelo.
Zaratustra no se movió. El cuerpo cayó justo a su lado, destrozado, aún con vida.
Al cabo de un rato, el hombre herido abrió los ojos y vio a Zaratustra arrodillado junto a él.
—¿Qué haces aquí? —preguntó—. Hace tiempo que sabía que el diablo me haría tropezar. Ahora me arrastrará al infierno. ¿Vas a impedírselo?
—Por mi honor, amigo —dijo Zaratustra—, todo eso que dices no existe. No hay diablo ni infierno. Tu alma morirá antes que tu cuerpo: no temas nada más.
El otro lo miró con recelo.
—Si dices la verdad, no pierdo nada al perder la vida. No soy más que una bestia amaestrada a golpes y con un par de bocados.
—No digas eso —dijo Zaratustra—. Has hecho del peligro tu vocación: no hay deshonra en ello. Y ahora mueres por ella. Por eso te enterraré con mis propias manos.
El moribundo no respondió, pero movió la mano como si buscara la de Zaratustra, en señal de agradecimiento.


¿Quieres que prepare esta versión limpia como entrada de blog (con nota editorial, título y estructura) o prefieres seguir revisando el estilo y simbolismo del pasaje?

Tú dijiste:

Chat, he cambiado un poco tu nota a 6). Quedaría así: (añadirías algo?): Este episodio es un punto de inflexión simbólico. La aparición del funambulista y su caída ilustran la fragilidad de quienes intentan ir “más allá del hombre” y caen por el resentimiento, la burla, o la competencia. El bufón representa el nihilismo burlón y destructor, que vence sin mérito. El moribundo encarna la dignidad trágica del que arriesga. Al negarle la existencia al diablo y al infierno, Zaratustra afirma un mundo sin sanción sobrenatural que conforme al pensamiento de Nietzsche, si conserva la moralidad vigente, carecerá de sentido y terminará destruyendose.

ChatGPT Plus

Tu nota está muy bien formulada y capta con precisión varias capas del episodio. Aquí tienes una versión apenas retocada para mayor claridad y ritmo, seguida de una sugerencia adicional opcional por si quieres redondear el cierre filosófico:


📝 Versión revisada (ligera edición)

Este episodio es un punto de inflexión simbólico. La aparición del funambulista y su caída ilustran la fragilidad de quienes intentan ir “más allá del hombre” y sucumben ante el resentimiento, la burla o la competencia. El bufón representa el nihilismo burlón y destructor, que vence sin mérito. El moribundo encarna la dignidad trágica de quien arriesga. Al negarle la existencia al diablo y al infierno, Zaratustra afirma un mundo sin sanción sobrenatural que, conforme al pensamiento de Nietzsche, si conserva la moralidad vigente, carecerá de sentido y acabará por destruirse.


➕ Posible añadido final (opcional)

Este diálogo en el lecho de muerte prefigura la ética de Zaratustra: sin castigo ni redención celestes, sólo queda crear sentido en la tierra. En el gesto de enterrar al funambulista con sus propias manos, Zaratustra comienza a hacer suyo el deber de un nuevo valor.


¿Quieres que deje esta versión final como la nota definitiva para el discurso P6? ¿O prefieres trabajarla dentro del conjunto editorial?

Tú dijiste:

“En la franqueza y la humanidad del diálogo en el lecho de muerte final puede verse la influencia de un aspecto de la nueva ética de Zaratustra: el imperativo de crear sentido en la tierra.” ¿Acabamos la nota así?

ChatGPT Plus

Sí, esa frase es un cierre excelente: sobrio, claro y con resonancia filosófica. Encaja perfectamente con el tono reflexivo de la nota y subraya bien el paso del pensamiento negativo (nihilismo, caída) a la propuesta afirmativa de Zaratustra.

Aquí tienes la versión final integrada, con tu cierre:


Nota 6)
Este episodio es un punto de inflexión simbólico. La aparición del funambulista y su caída ilustran la fragilidad de quienes intentan ir “más allá del hombre” y sucumben ante el resentimiento, la burla o la competencia. El bufón representa el nihilismo burlón y destructor, que vence sin mérito. El moribundo encarna la dignidad trágica de quien arriesga. Al negarle la existencia al diablo y al infierno, Zaratustra afirma un mundo sin sanción sobrenatural que, conforme al pensamiento de Nietzsche, si conserva la moralidad vigente, carecerá de sentido y acabará por destruirse.
En la franqueza y la humanidad del diálogo en el lecho de muerte final puede verse la influencia de un aspecto de la nueva ética de Zaratustra: el imperativo de crear sentido en la tierra.


¿Quieres que la formatee ya para integrarla al blog, o la guardamos como parte del manuscrito en desarrollo?

Tú dijiste:

¿Y sí añadimos que ese diálogo invierte el famoso entre Jesucristo y el buen ladrón en el Gólgota? ¿Tienes la referencia?

ChatGPT Plus

Esa adición es muy pertinente y filosóficamente rica: el diálogo entre Zaratustra y el funambulista moribundo puede leerse como una inversión del episodio del buen ladrón en el Gólgota, donde Jesús promete el Paraíso a un moribundo que cree en él. Zaratustra, por el contrario, niega cualquier más allá y ofrece sólo la tierra —pero con dignidad.

📖 Referencia evangélica

El episodio está en el Evangelio de Lucas, 23:39–43:

Lucas 23:42-43:
“Y decía a Jesús: ‘Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino.’
Y Jesús le dijo: ‘En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso.’”


📝 Versión ampliada de la nota (con tu sugerencia incorporada)

Nota 6)
Este episodio es un punto de inflexión simbólico. La aparición del funambulista y su caída ilustran la fragilidad de quienes intentan ir “más allá del hombre” y sucumben ante el resentimiento, la burla o la competencia. El bufón representa el nihilismo burlón y destructor, que vence sin mérito. El moribundo encarna la dignidad trágica de quien arriesga. Al negarle la existencia al diablo y al infierno, Zaratustra afirma un mundo sin sanción sobrenatural que, conforme al pensamiento de Nietzsche, si conserva la moralidad vigente, carecerá de sentido y acabará por destruirse.
Este diálogo final puede leerse como una inversión deliberada del episodio evangélico entre Jesucristo y el “buen ladrón” (Lucas 23:42-43): Zaratustra no promete ningún paraíso, sino que disuelve la esperanza del más allá.
En la franqueza y la humanidad del diálogo en el lecho de muerte puede verse la influencia de un aspecto de la nueva ética de Zaratustra: el imperativo de crear sentido en la tierra.


¿Te gustaría destacar más la comparación con el Gólgota —por ejemplo con una nota aparte— o prefieres mantenerla sutil, como está aquí?

Tú dijiste:

No. Está perfecto.

ChatGPT Plus

Perfecto entonces, Fernando. Queda fijada como versión definitiva de la Nota 6 a P6:


Nota 6)
Este episodio es un punto de inflexión simbólico. La aparición del funambulista y su caída ilustran la fragilidad de quienes intentan ir “más allá del hombre” y sucumben ante el resentimiento, la burla o la competencia. El bufón representa el nihilismo burlón y destructor, que vence sin mérito. El moribundo encarna la dignidad trágica de quien arriesga. Al negarle la existencia al diablo y al infierno, Zaratustra afirma un mundo sin sanción sobrenatural que, conforme al pensamiento de Nietzsche, si conserva la moralidad vigente, carecerá de sentido y acabará por destruirse.
Este diálogo final puede leerse como una inversión deliberada del episodio evangélico entre Jesucristo y el “buen ladrón” (Lucas 23:42-43): Zaratustra no promete ningún paraíso, sino que disuelve la esperanza del más allá.
En la franqueza y la humanidad del diálogo en el lecho de muerte puede verse la influencia de un aspecto de la nueva ética de Zaratustra: el imperativo de crear sentido en la tierra.


¿Te gustaría que prepare ahora la entrada completa de P6 para tu blog con esta nota y su lugar correspondiente en el texto, o lo dejamos para más adelante?

Tú dijiste:

Ya lo publico ahora. No hace falta que prepares nada.

ChatGPT Plus

Perfecto, Fernando. Queda todo en tus manos entonces. Si en algún momento quieres revisar la siguiente nota, enlazar este episodio con otros discursos (como “De los compasivos” o “De la muerte libre”), o trabajar el índice de la Segunda Parte, aquí estaré.

¡Buen trabajo con esta publicación!

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